Escenas de alcoba

Llamado en sí menor

I

Si llamara algo, un poco al azar,
algo que no conozco sino que presiento
en el corazón minúsculo de la luz,
¿quién acudiría,
qué ojo urdido para llorar?

Ser tu reloj de sol
en un lugar donde llueve siempre.

II

Nuestro cielo de cobalto,
—tenebrosa tinta de la noche
amueblada de dispersos astros—
no puede con las amarras del día
que se desprende al atardecer
para lamer el contorno de la Tierra.
Igual que ellos, tú y yo somos
ínfimos viajeros
en la nave del tiempo.