LA NOCHE LARGA

A los mineros atapados en la Mina San José
Copiapo - Chile

Se instaló la noche larga
En el desierto nortino
El derrumbe fue un quejido
De tierra,
De polvo
De roca.

Incrustados en profundidad
Muda en la oscuridad
No queda que la conciencia
De Vida
De Muerte
De alma.

Irrumpe la hermandad
En medio de la tragedia
Y todos se complementan.

Y son 33 mineros
A 600 metros de hondo
Con su angustia y su rezongo.

Diez y siete días se suceden
Con las reservas del hoyo
Hace calor de infiernos
Allá en lo recóndito
La humedad es penetrante
El agua se está acabando
Y la muerte entre todos
Parece estar acechando.

Esta es la realidad
De la abolida esclavitud
Que aún cercena vidas.

Pero hay hombres allá arriba
Que tienen el alma noble
Y se entregan con redoble
A la tareas del recate
Y un barreno que atraviesa
Fecundo la lejanía
Penetra en las cercanías
De ese ataúd incierto
Haciendo renacer la esperanza
En medo del aquel desierto.

Hoy se agradece a Dios
Y la cantidad de hombres buenos
Que taladraron sin cese
Aquel roquerío inmenso.

Se terminó la noche larga
En medio de algarabías
Y promesas de todo tipo
Esperando que en el ripio
No se queden estancadas.

La dignidad resurge
Pues el hombre forjador
De Chile trabajador
-el mundo por testigo-
Merece sus heroicas y
Prometidas alamedas.