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Dime un dolor
En el centro de tus ojos
Que se abra como estela
Que condene los témpanos vacíos
De humedad y de zozobra
No calles
Por que yo lo haré esta vez
Tengo en mi mano una daga y un destierro
Una gota de candil
Un secreto no encontrado
Un peso en el lomo
Que invita a desplomar el aliento

Estamos solos sin premura
Sin objeciones a los cambios
Que el reloj indica
A la sublevación del instante
Estamos solos y eso nos hace más propios
Más ajenos de la guía
Más profanos

Más incongruentes
Sobre la unidad indeseable de la muerte

Estamos solos
Y eso nos hace más cautos
Más imprudentes en el labio que tensiona
Y desvela las maromas de un no invitado impulso

Estamos a punto de un zarpazo del alma
Con el ombligo que ya no es el centro
Y el centro que ya no es el mundo

Estamos a punto de encontrarnos
Aunque desconozca
De forma expresa y clara
Que nombre llevas como seña
Y el rostro que te otorgaron cuando niña