Intento fallido.

Era el sabor nostálgico de la tarde lo que me hacia querer mirar tu rostro, había jurado no volverlo haber nunca más, pero esa tarde, necesitaba sentir de nuevo la sensación de opresión en el pecho, necesitaba tragar mi grito en un suspiro profundo y disfrazar el llanto en un inmenso bostezo.

Te saqué de tu fresco aposento, olías a viejo, pero estabas intacta, no se te movió un solo cabello a pesar de los años que habían pasado. Tu vestido durazno, permanecía reluciente, hacia un hermoso juego con tus rozadas mejillas y tu sonrisa se combinaba en perfecta armonía con el brillo de tus ojos. - Todo sigue tan igual- me dije al momento que te recostaba en mi cama como reliquia sagrada, y de nuevo, esa sensación de opresión en el pecho, de llanto contenido y voz quebrada… Los años habían pasado, pero esa sensación seguía el reloj de tu ausencia, simplemente no avanza, se habían quedado atascado en el recuerdo de aquél sentido que le diste a mi vida.
 
Yacías tendida sobre las sabanas que algún día te cubrieran, y yo, con un ataque de rabia, de ansiedad, de desesperación. encendiendo una vela decidido a envolverte en llamas, pero no puedo… Mi razón me grita que es lo mejor, pero mi corazón se aferra a retenerte.

Te tomo entre mis manos como si en verdad estuvieras aquí, me doy un tiempo, y te regreso al viejo porta retrato que te ha mantenido a salvo de los vastos años, y de nuevo… Te lanzo al oscuro cajón esperando volverte a ver la tarde nostálgica de mañana… Cuando vuelva a mirar tu rostro y nuevamente falle en mi intento de olvidarte…