NADA QUEDA

Bosques frondosos de ideas
sumergidas en las altas esferas,
de quienes preguntaron en su día
el por que, yo te quería…
Nada hubo en nuestro pasado
que ataran nuestras alas a la vida,
que nunca seria compartida
tu camino se separaba del mío
en las madrugadas frías.

Paredes ariscas de rocas en preguntas
que desafiantes volaban sin respuesta,
nadie sabia lo que había…
En ellas escondidas,
pero la escalada seguía
sin llegar nunca a tocar la cima,
de aquellos gloriosos días
en el que el amor surgía
con ternura y alegría.

Vientos vinieron a llevarse
los escritos de nuestras vidas,
separaron los caminos
nos arrebataron lo que existía,
no dejaron ni que el recuerdo
guardara una triste sonrisa,
de lo que en nuestro pasado
a nosotros pertenecía.

Expectantes las calles nos vigilan
como seguimos separados,
cruzando nuestras vidas
por caminos alejados,
cuando en su día por aquellas calles
paseamos de la mano,
de todo aquello nada queda
ni siquiera un abrazo,
por no quedar, no queda
ni un simple roce de labios.

Carmen Gutiérrez Tamayo