Amiga

Companía, mis mañanas son ansias, si el teléfono no suena, mis ideas son solo pensamientos, si la sordera no me contradice.

Y la punta te sienta bien, y lo nuevo amolda tus caprichos, esculpe tu figura, derrama lagrimones, regando un alterno sendero.

Hey ¡! ¿Te has quedado a oscuras o es que desde aquí no logro verte? Busca en tus encantos e introdúceme a tu universo, busca en tus
bolsillos y obséquiame una pelusa, son solos tus palabras, las que hoy quiero saborear, aunque cueste, prometo permanecer en
silencio, solo, por esta vez.

Robaste los graves y sin ellos no hay agudos, plantaste convicciones que sin duda seguiré regando, solo me ubico a tu espalda, no te
quitaré el triunfo, es tuyo, tarde, te has escurrido por algún rincón. Apuñalas y pides perdón, gritas y quiebras en llanto arrepentido. ¿Dónde falta buscar? No puedo recordarlo.

No encontré momento para un abrazo, no falto momento para aguantarlo, sueño que en carne reflejas mis satisfacciones,
vocabulario ejemplar, solo para intelectuales.

Hey que no todo es perfección, cobarde, me sentaré junto al teléfono esperando esta madrugada, viajaré sonriente con aquel escenario a oscuras, dejando en manos de la inquilina paciencia toda la cafeína acumulada en nuestro difícil labor, gratificante profesión, susúrrame al oído una vez más o grita desde enfrente, solo avisa cuando llegues amiga.
Un miedo inquieta sus ojos, dilatadas pupilas que esconden la
verdad, un mundo de fantasmas lo rodean en su hogar.