BUCLES DE LA EXPERIENCIA

Trascienden entre retoños de nieves las manos vacías,
En sus palmas cicatrizadas por rutas paralelas de segmentos.

El tallo del romero aumenta en periscópicos intentos,
Donde los copos confunden sus formas con estrellas,
Y un musgo retenido se convierte en esponja de baño.

Los trayectos de la quiromancia,
Permanecen tatuados en volcánicas sangres que no queman,
Entre el dulce sabor de una siesta recién nacida,
Bajo cálido compromiso de trazar estilos genealógicos,
Desvelando la trama de los umbrales psicológicos,
En sensoriales atmósferas de aurigas persistentes,
Ligados más al avance social que a una carrera solitaria.

El viento ha dejado de pronunciar sus últimas lágrimas.
Las tormentas de arena se convierten en un propio espejismo.
Los cielos vuelven a custodiar a las aves,
Bajos cantos glorificando corazones plurales,
Con percusiones bombeando los ventrículos, 
En la caricia de la variable dependiente.

Las pasiones, adheridas a las tierras que han amaestrado vocaciones,
Evolucionan como un oasis transmutándose en un país instruido,
Sobre afluentes humanos que se unen entre mismos arquetipos,
Donde el arte y la estética vital representada en el sistema,
Fluye entre las aguas ideales que no provienen de las cosas,
Iniciadas en los trabajos cronológicos, para crear nuevos imperios.

Alejada de las vanidades enlutadas de la civilización intrahistórica,
Una figura se recicla entre sabias intenciones, detrás de la experiencia.