OIGO, PATRIA TU AFLICCIÓN

OIGO, PATRIA, TU AFLICCIÓN

(Poema escrito el 11/3/04, dedicado al acto terrorista en los trenes)

Madruga, amigo estudiante,
madruga, trabajador
sin sospechar que el terror
no durmió, va por delante.
Ese tren, bomba ambulante,
mensajero del averno
y antesala del infierno
recibe su carga humana.
Su destino esta mañana:
El descanso sempiterno.

Servidores del diablo, satisfechos,
hicieron eficaces su labor;
Esparcir entre gritos de dolor
los cuerpos mutilados y deshechos.
El horror virulento de estos hechos
causados por humanas artimañas
de seres desalmados, alimañas
envueltas en odio y fanatismo
que llevan al borde del abismo
al mundo ya cansado de sus mañas.

Un sangriento amanecer,
una alborada estruendosa,
una explosión pavorosa,
el espanto por doquier.
El terrible padecer
de los cuerpos mutilados
entre hierros atrapados
y heridos por mil cristales,
flechas punzantes, puñales
en rostros ensangrentados.

El espanto se adueña de las mentes,
la locura, el caos, la confusión,
rotos entendimiento y comprensión
sobrevive el instinto de las gentes.

y surge de inmediato la reacción,
todo el pueblo se une solidario
volcándose en su auxilio el vecindario,
llega en ayuda toda la nación.

Quedamos en la falda del calvario
donde se inmolan vidas inocentes,
los ayes de dolor crean corrientes
nacidas de un fervor extraordinario.
Inician un completo itinerario
y avanzan por la tierra tumultuosas
provocando uniones poderosas
de pueblos y países consternados.
A los cielos sus voces cual tornados
se elevan en protestas clamorosas.

Y recuerdo la voz de Don Bernardo
cantando al Dos de Mayo enfebrecido
de patriótico amor y enardecido
exclamarse con décimas de bardo:

Oigo, patria, tu aflicción
y escucho el triste concierto
que forman tocando a muerto
la campana y el cañón.
El cañón por la explosión,
la guerra por terrorismo
cambiaré aunque sea el mismo
dolor el que padecemos.
¡Seamos fuertes, aspiremos
a la paz con optimismo!