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Mi umbral no tiene puerta
Ni tampoco mi resignación
Mis manos de humo
Que ayer sirvieron para herir ángeles
Hoy solo sirven para quedarse quietas

Sé esperar
Aunque la esperanza no me busque como antes
Aunque se estacione en mi límite
Y me permita divisar que ya no hay más hacia delante
Aunque ya no me queden pasos en la bolsa
Ni huellas digitales en los labios
Aun y todo sé esperar

He oído hablar de los vuelos
De esos aleteos que buscan otros cielos
Otros aires no previstos a la hora de nacer
He oído hablar de los abandonos y sus renacimientos
De los tramos de existencia
Que se adhieren a la espalda
Conjugando en una lágrima
Lo que la palabra no alcanza
He oído hablar de muchos escapes
Y solo un regreso

Ese que espero a la hora del café
En la taquilla del paraíso

Ese que espero cuando naces
Cada vez que mi memoria se moldea a tu figura

Ese que me falta

Solo te pido una condición
Firmada en notaría y con sellos de juramento

Solo te pido que regreses
Cuando aún me encuentre entre los vivos.