LA MARIPOSA

Me desperté desbordando de alegría,
me deshizo de los vestigios de una noche,
pero al abrir la puerta, la brisa fría
me ruborizó la cara como azote.

La neblina fina mojaba la ventana,
y arrojaba rocío en las flores del jardín.
En mi casa, haciendo la casa de ella
una oruga me sonría para mí.

Mientras dormí un sueño leve,
La oruga trabajó e la noche és finda.
Pues, ella sabe que será pronto
la mariposa más adorable e más linda.

J. Thamiel
Guarulhos, S.Paulo -Br
11:8h