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Las horas desnudas no nos bastan
Apenas podemos abarcar una estela de su piel
Una sombra de huida
Un aforismo
Que sé yo
Una forma de vida que no toque la memoria

Si es de saber
Que entre todas las historias
Que desvelan mariposas
Las trémulas acciones de los avasallados
Los histéricos sonidos del temor
Si es de saber
Que entre el dolor y sus aromas
Se esconde todo aquello
Que a mi labio excita
Entonces podría construir
Una sola alegoría con mi imagen
Y hacer peldaños de muerte con la boca

Pero no bastan solo los peldaños
Es necesario a su vez
Plantear mecanismos de otra vida
Seducir al futuro para que no se atrase
Para que no se embarque en sus oraciones de mañana
Y sus falsas promesas de advecciones infechadas

Así mismo no basta
Con suponer que entre albores de amaneceres nuevos
Se encontrará el nácar de la diosa muerta
Que hoy adoramos con la sangre
Con la sangre yuxtapuesta en el suelo
La sangre de mis días que se extingue
A cada paso de segundo que limita contigo

Así mismo es de saber
Que no me quedan más pretéritos de estancias
Sin el estambre que copula con el recuerdo...

De tus manos abiertas contra el rostro